“Camino desde la nada, hacia la nada. Por cada mano una hija. No tengo lomo, tengo maleta” Indira Carpio dedica unas desgarradoras líneas al drama sufrido por mujeres y sus hijos e hijas inmigrantes en la frontera con Estados Unidos. El drama de La Perrera que ya es inocutable para Trump.
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El maestro Diego Silva lo recordaba a Evio íntegro. Para él, el adrenalina caribe pudo ser parte del jet set de la música venezolana, pero prefirió no venderse. Y eso lo hizo respetable entre los respetables.
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Cuando me vine a Caracas, viví en una habitación en Bello Monte en el apartamento de una señora de 77 años, llamada Amanda (…) Ella, hablaba sola y hacía listas mentales. Una vez la descubrí dictándose un testamento, a sí misma. Fantaseé con que a mí me dejase el balcón, nomas.
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En el velorio del tornillo las guacamayas pintarrajean café. Cuando asoma la urna, una ve el cuerpo de Caracas. Pero asoma poco, por vergüenza, por miedo. ¿Quién quiere ver la cara? La cara es un espejo de fuego. Arde.
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El béisbol primero es machista, luego es un negocio. No es sino una expresión del sistema en el que se inscribe el deporte nacional.
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Zulma es inmigrante ilegal en España, está embarazada, y en su condición no puede denunciar la violencia de género que sufre su vecina.
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Algunos analistas señalan que el conflicto de EE.UU. e Israel con Siria se debe a la restauración del control del medio oriente. Ese conflicto forma parte del plan del gigante del norte de América por alimentar la industria de la guerra, a través de la promoción de estrategias no convencionales, golpes de Estado disimulados, financiamiento a la oposición interna, el adiestramiento de mercenarios, sabotaje, la metodología antes de arrasar in situ con los países en su lista.
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Jairo Ortiz fue víctima de los hechos violentos ocurridos en 2017 en Venezuela. Según su relato las autoridades prometieron ayudarlo a dilucidar por qué un efectivo del servicio de tránsito de la Policía Nacional Bolivariana, de nombre Rohenluis Leonel Mata Rojas, había disparado directo al corazón de su hijo Jairo Johán Ortiz Bustamante, el 6 de abril frente al establecimiento ‘Lady Pan’, en Montaña Alta, municipio Carrizal, durante el sexto día de las llamadas “Guarimbas”, iniciadas en los Altos Mirandinos. Su hijo no hacía parte de las manifestaciones y sería el primero de 142 víctimas mortales durante los cuatro meses que duraron las protestas en Venezuela.
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